Caso Macastre

A finales de la década de los noventa es  cuando tengo conocimiento, por primera vez, de un suceso ocurrido no muy lejos de donde yo vivía  que, hasta el momento, había pasado desapercibido para mí y, posiblemente, para muchos ciudadanos de Valencia y resto de provincias españolas. En cambio, años después tomaría un gran interés para los lectores de la novela negra, los amantes del misterio y la criminología. Se trata del  denominado “Caso Macastre” sucedido en 1989.

12695756_10207171609582079_1698136837_nPero antes de entrar en el mismo, quiero introducir el motivo por el cual yo me hice eco. Para ello tenemos que situarnos en el año 1997, momento en el quese producía el enjuiciamiento de la única persona sentada en el banquillo por el atroz asesinato, tortura y violación de las adolescentes Toñy, Miriam y Desirée más conocidas como “Las niñas de Alcàsser”, que desaparecieron la tarde/noche del fatídico  viernes  13 de octubre de 1992 y se hallarían posteriormente sus cuerpos  inertes el día 27 de enero de 1993.

Este suceso que tuvo una gran repercusión en la sociedad no sólo valenciana, sino de toda España,  gracias al poder mediático de los medios de comunicación y que despertó en mi y en mucha gente el interés de saber más de lo sucedido, no tardando mucho en descubrir que algo no olía bien en ese caso, y así, descubrir que existían muchas personas que no sólo habían llegado a esa misma conclusión, sino que además habían realizado una labor increíble de investigación y contrastes de información digna de los grandes detectives.

En algunas páginas contrarias a la versión oficial del caso se podía consultar mucha información del mismo y además otros casos impactantes de nivel nacional e internacional, entre ellos, uno sucedido cerca de donde fueron localizadas las niñas de Alcasser (en el paraje de la Romana), concretamente en el municipio valenciano de Macastre, donde tres adolescentes fueron encontrados fallecidos en misteriosas circunstancias.

Pero lo que empezó como un simple hobby  para mí sin la más mínima trascendencia,  se convertiría años después en un sueño hecho realidad, además de la posibilidad de dar sentido a ese caso, el cual, hasta el momento, era un popurrí de información lleno de contradicciones en los foros de las redes sociales.

En Mayo de 2014 conocí en Tenerife al criminólogo Félix Ríos, el cual abanderaba un proyecto hasta el momento desconocido en España que era el de reabrir casos sin resolver, algunos de gran repercusión, otros desconocidos, pero todos archivados en un cajón, cogiendo polvo y cayendo en el olvido.

Félix me dio la oportunidad de formar parte de su  amplio equipo interdisciplinar de investigación (criminólogos, psicólogos, peritos, policías, etc.) y me incluyó en el grupo encargado de investigar el Caso Macastre.

Pero entremos en profundidad a saber ¿Qué pasó en Macastre?, ¿De dónde partíamos?, ¿Qué nos habían contado?  Y ¿qué hemos hecho para llegar a dónde hoy estamos, acotando y cada vez un poquito más cerca de una visión más real y factible de ese caso?

Mucho se ha dicho en las redes sociales de qué pasó en los últimos días y horas de los adolescentes Francisco Valeriano Flores Sánchez de 14 años del barrio de Benimamet (Valencia), Rosario Gayete Muedra de 15 años del barrio de Benimaclet (Valencia) y Pilar Ruiz Barriga de 15 años de la población de Burjassot (Valencia).

El sábado 14 de enero de 1989 los tres jóvenes partieron de la estación de autobuses de Valencia, rumbo a la población de Catadau para pasar el fin de semana, como ya hubieran hecho en las recientemente pasadas fiestas de Navidad y en algún fin de semana de finales del año 88. Acudían a una caseta deshabitada de la citada población, porque su dueño, que no vivía allí, no iba por la misma.

Os preguntareis: ¿por qué iban a Catadau? Pues la respuesta es fácil, Pilar había vivido su infancia en Catadau hasta que sus padres se separaron y su madre se mudó a la población de Burjassot junto con ella y sus hermanos.

Los jóvenes que pertenecían a familias desestructuradas y habían iniciado ya, a su corta edad, un contacto directo y profundo con ciertas drogas y sustancias tóxicas, como la inhalación de benzol (disolvente de fuerte olor, que era la droga que utilizaban en barrios marginales por su fácil adquisición y bajo coste), aunque también, al parecer, habían probado otras drogas.

Francisco Valeriano en aquella época estaba internado en el Centro de Menores “Colonia de San Vicente” en la población de  Godella, al parecer como consecuencia de haber cometido  algún delito de poca relevancia. Aprovechaba sus permisos de fin de semana para reunirse con Pilar y Rosario. A esta última le unía algo más que una simple amistad.

Pero entremos en materia en el fatídico fin de semana en el que nunca más se volvió a ver a los menores, que llegaron el sábado 14 de enero y se les vio por última vez el domingo 15 por la tarde en el Bar Catadau por el dueño del bar y otros testigos. El bar Catadau, no sería la última vez que se escucharía en la crónica negra, debido a que, también, fue el bar dónde se sitúa que Antonio Anglés y Miguel Ricard compraron los bocadillos, tras haberse apoderado de las niñas de Alcácer.

El día 19 de enero, un agricultor encontró el cadáver de Rosario en una caseta localizada en la partida de Cuerna de la población de Macastre (a 30 km de Catadau) que servía para guardar los útiles de labranza y agricultura. La joven se encontraba en posición tumbada bocarriba, encima de una cama, sin signos evidentes de violencia, vestida, lo que le hizo pensar al hombre que estaba dormida, y que al comprobar que no, fue a dar aviso urgente a la Guardia Civil.

Tras realizarse las correspondientes gestiones y diligencias según el protocolo Policial /Judicial, por la aparición del cuerpo sin vida de la joven, se llegó a la conclusión inicial de que había sido una muerte no violenta, no pudiendo determinar las causas. Eso le quitó trascendencia o importancia al hecho, no obteniéndose avances considerables, ni el paradero de los otros dos jóvenes. Hasta que el día 8 de abril, un hombre que buscaba espárragos por la zona, donde se había localizado meses antes el cuerpo de Rosario, encontró a 400 metros de la caseta, un cuerpo en avanzado estado de putrefacción, oculto parcialmente por unos matorrales y tendido bocabajo con las piernas semiflexionadas. Se hizo una batida minuciosa por parte de la Guardia Civil, sin hallar el más mínimo rastro de Pilar.

El 26 de Mayo del mismo año, un grupo de niños que jugaba en una boca de riego en una zona agrícola de la población de Turis (a 20 Km de Catadau), encontraron el cuerpo de una chica en avanzado estado de descomposición, y que, posteriormente, se determinaría que su identidad se correspondía con el de Pilar Ruiz Barriga. Su cuerpo, además de un avanzado  estado de descomposición, presentaba  la amputación del pie y pantorrilla derecho y la mano izquierda, así como incisiones en la cara desfigurando su rostro.

Con motivo de la ausencia de su miembro inferior derecho, se realizó un cotejo con una extremidad inferior que fue encontrada en la calle Alcácer de Valencia el día 29 de enero de 1989 (El 29 de enero de 1993 aparecerían los cuerpos de las tres niñas de Alcácer), del grupo sanguíneo así como una comparación antropológico- morfológica de ambas zonas de la pierna, obteniéndose un resultado coincidente, sin arrojar dudas.

Partiendo de un millón de contradicciones que se habían establecido en diferentes webs, foros así como programas de radio e incluso programas televisivos, la Asociación Laxshmi, no sólo ha luchado y lucha en este caso contra el paso del tiempo, sino contra el hermetismo sobre el tema y la nula colaboración  de familiares de las víctimas, los mitos y mentiras que se han arrojado sobre el caso.Hay que añadir un dato curioso de fuentes no oficiales, que indican que en las décadas de finales de los ochenta y principios de los noventa, han desaparecido en la provincia de Valencia la escalofriante cifra de veintitrés jóvenes y han aparecido dieciocho cuerpos sin vida, algunos de ellos con claros signos de violencia, la mayoría de esos casos siguen sin resolverse.

La población de Macastre, así como muchas otras de alrededor, no cuentan con un cuerpo propio de Policía Local y la seguridad recae directa y exclusivamente a un puesto de la Guardia Civil cuya dotación es de dos patrullas para una demarcación de entre 3 a 8 poblaciones, distantes entre sí y que, entre todas ellas, suman un número elevado de kilómetros cuadrados, lo que dificulta el poder evitar y prevenir delitos.

Haciendo un breve repaso sobre lo que se ha dicho en las redes sociales acerca del caso, se ha dicho de todo, desde  cacerías humanas en las que Valeriano fue ejecutado a sangre fría con una pistola calibre 9 mm parabellum, a que fue un acto preparatorio o de ensayo para lo que posteriormente sería el caso Alcácer,  incluso que fueron víctimas de ritos satánicos,  o que intervinieron en fiestas sexuales en las que se utilizaban menores, … Todo ello no dejan de ser meramente conjeturas sin ninguna base en la cual puedan sostenerse. Por ejemplo, Valeriano no tenía ningún tipo de orificio de entrada y/o salida de ningún tipo de proyectil, tampoco se encontró ningún tipo de casquillo o vaina por las inmediaciones.

La Asociación inició sus pasos en el Caso Macastre mediante recopilación de información de todo ámbito, para contrastar, así como personarse en el procedimiento mediante abogado y procurador como Acusación Popular.

Una vez personados se solicitó copia del expediente y con el mismo ya se pudo realizar una lectura y un estudio previo para poder enumerar todas las gestiones correspondientes al trabajo de campo.

Entrevistas a los testigos y/o familiares o personas relevantes del caso.

En este caso particular se realizan numerosas entrevistas, previamente se procede a mandar una carta a las personas cuya entrevista interesa por parte de la Asociación, en ella se les informa de los fines de la misma, quienes la componen, etc. Muchas veces no se obtiene respuesta alguna de los destinatarios, pero al mandarlas certificadas con acuse de recibo, nos consta la recepción de las cartas por parte de los mismos. En tales circunstancias se suele proceder con la máxima discreción, respeto y prudencia a intentar localizar y contactar en persona con familiares y testigos para intentar dar una explicación más detallada, cercana y concreta de la necesidad de contar con su colaboración para esclarecer un hecho criminal ocurrido en el pasado, en el que un grupo de voluntarios cualificados invierten su tiempo de forma desinteresada en hacer justicia en un determinado caso, en el que los engranajes de la ley por un motivo u otro no lograron su fin.

Dentro de las entrevistas realizadas en el Caso Macastre cabe destacar la que se mantuvo con la mujer que encontró el pie en la calle Alcacer, a la cual, para no comprometer su anonimato, llamaremos en adelante  ADELA. Lo difícil para los voluntarios de la Asociación no fue localizar a Adela, lo complicado fue el tratar de convencerla 25 años después a que accediera a hablar sobre el tema, con una persona que no conocía de nada y en representación de una Asociación que no le constaba que existiera, salvo por una carta que recibió semanas antes.

Tras varias visitas al domicilio en el que no contestaban al telefonillo y en las que cada vez, se le dejaba el recadocon elconserje de la finca, llegó el día en el queAdela me abrió la puerta, por lo queal tenerla enfrente después de tantos intentos, sabía que disponía de pocos segundos para poder convencerla para hablar con nosotros. Ese día conseguí su número de teléfono, pospuso la charla a otro momento porque tenía que ausentarse, pero por fin un pequeño paso.

La llamé hasta en tres ocasiones al teléfono, pero no encontraba el momento para poder concretar una cita para entrevistarnos, siempre existía algún tipo de impedimento para poder reunirnos y para poder hablar del tema por teléfono, así que el día en que por mi insistencia me dejó entrever sus dudas y miedos a la hora de citarse para hablar del tema, ya que no le cuadraba “el por qué todo esto después de 25 años” y  a su vez, si no éramos Policías qué  éramos, ya que ella ya había hablado en su día con la Policía Local y el Grupo de Homicidios de Valencia. Ese día tuve que buscar las palabras más idóneas en décimas de segundos,  para que de una manera breve y clara pudiera hacerle entender la necesidad e importancia de hablar con ella.

En toda entrevista hay que utilizar mucho tacto, psicología y prudencia ya que va a revivir en algunos momentos o situaciones difíciles y/o desagradables, que de forma consciente o inconsciente tratan de olvidar y enterrar en el pasado. En el caso de Adela no fue para menos y aun habiendo transcurrido tantos años se notaba una animadversión a revivir el suceso, debido a que fue especialmente traumático. Realizó una breve narración de todo lo que sucedió por teléfono, pero finalmente accedió a explicarme todo lo que recordaba de  aquel 29 de enero de 1989, que tantas noches le quito el sueño, en el lugar donde localizó el pie. Casualmente el esperado encuentro se produjo sobre la tercera semana de enero de 2015, a pocos días de cumplirse un aniversario más del suceso.

Fue una tarde de noviembre cuando el equipo realizaba diferentes gestiones de trabajo de campo  en la zona de Catadau, fuimos a la casa donde se alojaban los menores, al barrio donde se crió Pilar, al Bar Catadau, lugar clave porque fue el último lugar donde se les vio con vida a las víctimas y lógicamente, ¿cómo nos íbamos a ir de allí sin intentar localizar a su antiguo propietario el cual conoció a la Pilar y su familia y fue testigo de sus últimas horas  junto con su amiga Rosario?. Preguntamos por el dueño del Bar en aquella época al que llamaremos Tomás,  y tras indagar en varios sitios, casualidades de la vida, fuimos a preguntar a un bar cuyo dueño era primo hermano del mismo y  nos puso en contacto con él vía telefónica. Félix le comentó nuestro interés y nos dio la posibilidad de hablar en su domicilio y dicho y hecho, a últimas horas de la tarde, cuando ya había anochecido, estábamos frente a las puertas del domicilio de Tomás, que aunque un poco extrañado por el paso del tiempo, nos abrió amablemente las puertas de su casa respondiendo a las preguntas en relación al caso de una manera cordial y amigable. Nos habló principalmente de la familia de Pilar y de la famosa tarde del domingo 15 de enero de 1989 en el que se vio por última vez con vida a Pilar y Rosario.

Y si alguien era clave en este caso no podía ser otro que el agricultor que encontró el cuerpo de Rosario en su caseta de campo. Como al resto de personas de interés se le envió la correspondiente carta por parte de la Asociación Laxshmi, pero no se obtuvo respuesta. Entonces no quedó otra que optar por el plan B, si la montaña no va a Mahoma, Mahoma irá a la montaña y así lo hice, me trasladé a la población de Macastre y no costó encontrar su domicilio ya que es una persona muy conocida en el lugar.

Una vez en la puerta de una vieja casa de pueblo, con una localización muy céntrica, cogí aire antes de llamar a la puerta, partía de que es una persona de avanzada edad y un presentimiento me decía que no iba a ser fácil hablar con él y el presentimiento se hizo realidad cuando  abrió  su mujer la ventana de la clásica puerta de pueblo y su rostro ya denotaba una gran desconfianza.  Conté hasta tres mentalmente y le dije quien era y el motivo de mi inesperada visita, pero no me dejó terminar mis frases, como si de odio y rencor se tratara, me dijo contundentemente que su marido pasó por algo muy duro, que ya habló con la Guardia Civil y la prensa y ya habían mentido en su día respecto a él y no lo iba a consentir, que no me acercase a su marido ni a nadie del núcleo familiar porque ninguno de ellos quería saber nada al respecto, y que no quería que se escribiera nada de los mismos. Ante tal reacción no me quedó sino disculparme por las molestias que se hubieran podido producir, pero la Asociación no era un medio de comunicación, no busca la exclusiva, busca la verdad, busca hacer justicia y para ello a veces es necesario volver a preguntar a testigos por mucho tiempo que haya pasado.

Dentro de las entrevistas podríamos hablar de otro tipo de personas, no tan relevantes, pero que ayudan a entender ya sea de manera global o en detalle, aspectos de las victimas y/o del caso. Por ejemplo, me entreviste con una persona que al ver los carteles solicitando colaboración, llamó con motivo de haber ido a la misma clase que Pilar. Y así nos pudo facilitar mejor conocimiento de un ámbito muy importante como es el social y escolar, cómo se desenvolvía, cómo interactuaba con sus semejantes, ¿era una persona abierta o por el contrario, se trataba de una persona tímida?

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Visitamos también los lugares y las zonas claves de las que se habla en el expediente para tomar fotografías, realizar croquis y recopilar los datos necesarios para hacer un buen perfil geográfico. Fuimos a Catadau y recorrimos desde las zonas donde pernoctaban los jóvenes, el Bar Catadau y sus alrededores. También llegamos a Macastre por ser el lugar donde reside el hombre que localizó el cuerpo sin vida de Rosario ya que era de vital importancia ver la caseta donde fue encontrada. En Turis teníamos interés en el emplazamiento de la boca de riego donde encontraron el cuerpo sin vida de Pilar, sus alrededores y accesos; en este caso la zona ha sufrido muy pocas variaciones ya que se localizan en una zona agrícola, a pocos kilómetros del núcleo urbano y en el que discurre dicha boca desde el pantano de Forata. Llegamos a la calle Alcácer y sus inmediaciones ya que es donde apareció el pie ya que la iluminación, el número de carriles y el sentido de la calle podían haber jugado un papel en que ese fuese el lugar propicio para deshacerse de la extremidad. Intentamos establecer las posibles conexiones entre todas las zonas atendiendo a la comunicación por carretera u otros medios en aquellos momentos ya que ahora la red de carreteras ha sufrido un cambio radical, no solo en Valencia sino en toda España.

Después debíamos dedicarnos a la confección de los perfiles victimológicos de cada uno de los chicos en donde hay que analizar y detallar aspectos de cada uno de ellos, desde su físico hasta sus relaciones familiares, sociales y afectivas pasando por sus aficiones, trayectoria profesional y/o académica, rasgos o situaciones que los ponían en posición de peligro.

Luego sería más sencillo vislumbrar el perfil criminal de los responsables y/o sospechosos teniendo como elementos de estudio el análisis de la escena del crimen, los perfiles geográficos, el modus operandi y la firma del/los asesinos.

Más tarde hemos formulado nuestras hipótesis sobre las causas y circunstancias que rodean el caso de forma analítica pensando cuál sería la explicación más probable.

Dado que no tenemos muchas pistas y que nos faltan muchísimos datos para poder esclarecer con mayor precisión lo que les ocurrió a estos adolescentes hemos hecho el cartel para pedir la colaboración ciudadana en general y de amigos y familiares en especial para que puedan aportar datos que en mayor o menor medida pueden tener un gran valor para esta investigación.

A fecha de hoy el equipo de Laxshmi encargado del caso Macastre, encabezado por Félix Ríos sigue con la investigación del caso en su recta final aunque el caso esté prescrito, para poder condenar penalmente a los responsables.  Ello no quita que con el esclarecimiento del caso, no se pueda conseguir una merecida justicia social hacia las víctimas y sus familias.

Artículo escrito por Amós Vanacloig.

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